sexta-feira, 5 de novembro de 2010

O verdadeiro diálogo

“EL VERDADERO DIÁLOGO” (Nov. 2010) RFG

El diálogo va tejiendo su propia tela en el flujo del “insight”.  Le llamamos “insight” a una profunda comprensión súbita que no había ocurrido antes.  Este flujo de diálogo va más allá del mero intercambio de opiniones y argumentos.

El verdadero diálogo es nada más que la expresión de la Percepción Unitaria,  más allá de todas las formas de fragmentación y división.

El diálogo, como la música,  necesita silencio en su naturaleza y en su flujo.

El verdadero diálogo agudiza la inteligencia y más allá del mero pensar, hay alerta percepción de todos los sonidos que llegan a nuestro oído y de todas las emociones que fluyen dentro nuestro durante el diálogo mismo.

Súbitas y frescas comprensiones impersonales van emergiendo de ese diálogo con una mente tranquila.

No hay diálogo posible sin buena voluntad básica,  libertad de comunicación y un espíritu de amistad fraternal (sin jerarquías).

El diálogo podría ser definido provisionalmente así: “ Dos  o más personas que se integran seriamente para hacer una pregunta y explorar la más simple respuesta”.

Si unos pocos hombres iluminados o liberados,  descubrieron algo inexpresable,  en palabras a lo largo de toda la historia de la humanidad,  tendríamos que ser capaces de explorar esa liberación en el diálogo,  intentando redescubrir “lo desconocido y lo inexpresable” en las palabras ya cristalizadas que  nos han dejado.

Si  pudiéramos hacer una pregunta  mientras la sentimos profundamente,  mientras  sentimos nuestro propio peso  y escuchamos todos los sonidos al mismo tiempo , esa pregunta tendría una diferente calidad.

Los saltos cada vez más elevados de “ insight”  emergerán sólo cuando existan preguntas que uno sienta muy profundamente.

El diálogo verdadero no es debate,  no es mero intercambio de opiniones u obsesiones hipnóticas, de creencias o ideologías, pero conduce a una forma súbita de aprendizaje que podemos llamar “insight”.

El maestro es la misma pregunta que se siente profundamente en los participantes.

Esa pregunta puede surgir de uno mismo,  de un niño o de un sabio histórico,  pero lo que importa para que haya insight –comprensión-de una pregunta es simplemente que ésta haya sido sentida profundamente (ardiente y apasionadamente).

Una pregunta apasionada une al que pregunta con la conciencia colectiva de la humanidad,  fuera del tiempo.  De esa  percepción unitaria de la conciencia emerge el “ insight”.  Entonces un diálogo en percepción unitaria, es meditación audible.

La historia afirma que la búsqueda de la verdad puede ser emprendida a través de un sabio maestro, o a través de una enseñanza o doctrina, o bien por uno mismo.

Si uno es capaz de hacer preguntas profundamente, sentidas con inteligencia,  entonces la verdad y el insight surgirán en el serio diálogo consigo mismo y con otros igualmente serios.

Los maestros fallecidos y las enseñanzas escritas, no tienen valor si no queda nadie que se haga preguntas apasionadas y ardientes.

Al escuchar verdaderamente una pregunta y las muchas respuestas que surgen frente a ella, hay verdadero aprender y no importa de donde vienen las muchas y diferentes respuestas.

El aprendizaje ocurre aún en las bromas y el chiste ingenioso no derogatorio, que puede ser una de las muchas respuestas.

La buena voluntad en el diálogo significa escuchar el sonido de las palabras sin la palabra,  lo cual es el escuchar no prejuiciado en percepción global y unitaria del espacio fuera del tiempo.

Si usted dice lo que está ocurriendo, no se puede ir más allá,  pero si usted ve,  escucha y percibe lo que está ocurriendo (“lo que es”) entonces inmediatamente usted va más allá.  En Percepción Unitaria usted va más allá, a la “metanoia”, a lo desconocido.

Si usted comienza un diálogo sin estar en Percepción Unitaria, en total atención desconcentrada, usted sólo comienza un monólogo.

Usted tiene que preguntar cual es su más ardiente pregunta ahora mismo,  para comenzar un verdadero diálogo.

Pero usted puede creer que no tiene ninguna pregunta ardiente que hacer. No haga preguntas.

Dialogar sobre el diálogo es una estéril conversación intelectual.  El verdadero diálogo comienza con una pregunta ardiente y una simple respuesta,  aún cuando la respuesta sea el silencio.

El silencio es más significativo que un intercambio intelectual de opiniones, o un debate, si uno está escuchando verdaderamente el silencio.

En el verdadero escuchar desaparecen tanto “el que sabe” como “el que no sabe” la respuesta.

En el diálogo verdadero podemos preguntarnos si estamos en Percepción Unitaria y si no lo estamos . . . . ¿por qué no?

Si usted no está en paz. . . . ¿por qué no?

Al  ir descubriendo porqué no,  la paz  llega.

Pero si usted cree que usted está en una cómoda paz y hace la pregunta  “¿por qué no estoy en paz?” entonces usted es sólo un intelectual,  solamente bueno para la metafísica y la epistemología, pero no bueno para el verdadero diálogo.

El verdadero diálogo está basado en preguntas crudas,  quemantes y reales de una persona sincera, viviendo una vida verdadera.

¿Por qué no estoy en paz?  Es una pregunta cruda y apasionada sólo para aquellos que han estado en paz por lo menos alguna vez y saben lo que significa no estar en paz ahora.

Un verdadero diálogo puede no ser posible entre aquellos que no conocen la paz.

Un verdadero diálogo puede no ser posible entre aquellos que no están interesados en llevar una vida íntegra y verdadera.

Esperar por el turno para hablar, no es diálogo verdadero.

Se necesita un gran espacio,  distancia y silencio entre las palabras y las frases para que haya diálogo verdadero.

El silencio penetra entonces al verdadero diálogo y es parte de cada frase.  El silencio no es solamente  para el final de la frase.

En cada diálogo tiene que haber lógica,  racionalidad y continuidad pero también el “insight” que es una súbita y profunda comprensión.   El “insight” emerge de un silencio inteligente y viviente.

El súbito “ insight”  en el diálogo verdadero, no es rechazo arbitrario, o aceptación caprichosa de nada.

La aceptación y el rechazo son formas de indulgencia intelectual o de resistencia emocional a la verdad,  pero no diálogo verdadero.

Cualquier escape hacia temas irrelevantes ( fúbol, modas, musiquita, partidismos, creencias) puede transformar al diálogo verdadero en una conversación desencajada y superficial y así ocurre la recurrencia de la indulgencia y la resistencia.

Una forma diferente de indulgencia y holgazanería intelectual es contestar desde previos conocimientos o análisis,  fórmulas o conclusiones.

En el diálogo verdadero ocurre solamente el descubrimiento presente (o ir viendo juntos ahora mismo).   De esta manera los descubrimientos tienen una tremenda vitalidad.

Un sabio o un visionario descubre frescas respuestas en un diálogo,  pero un catedrático simplemente cuenta la historia de conclusiones previamente respetadas.

Un sabio comienza con una pregunta real y ardiente.  Un catedrático contará un cuento real o imaginario,  interesante o aburrido.

El visionario no tiene dirección,  él evitará los pozos,  pero un catedrático conducirá a sus seguidores en una dirección preconcebida,  aunque lleve a todos a un pozo.

Una aclaración de significado es sólo un fragmento teórico de una respuesta.  Un concepto o teoría aclarados es sólo una opinión,  pero no una respuesta verdadera.

A veces hay que llegar hasta el último razonamiento de la paradoja para tener una percepción directa o “insight”.  Pero el “insight”  no es el resultado del pensamiento secuencial ni de una brillante conferencia o definición.

El “insight” no es contingencia de la lógica razonada,  sino de la lógica de la verdad y de vivir en la verdad.

La comunicación en el diálogo verdadero, ocurre sin ningún esfuerzo.

Esta ausencia de esfuerzo es el sello de la suprema energía que se evoca o se libera en Percepción Unitaria.

En Percepción Unitaria no se separan el discurso y el diálogo.

Después que surge una pregunta real y ardiente,  la diferencia entre diálogo y discurso nunca es relevante.

Lo que importa es la pregunta ardiente.

Una pregunta apasionada no será contestada por Sócrates,  Lao Tse, Budha,  Jesús  o  Krishnamurti,  sino que será contestada solamente por el mismo que hace la pregunta, en el mismo silencio de la mente absorbida por el diálogo verdadero.

Una mente en el silencio de la Percepción Unitaria no separará entre el que sabe la respuesta a la pregunta apasionada y el que no la sabe.  La respuesta emerge solamente al silencio de la mente que está escuchando.

EL SILENCIO DE LA MENTE QUE ESCUCHA ABARCA A CADA PALABRA Y POR SUPUESTO VA MAS ALLA DE TODAS LAS PALABRAS,  ARGUMENTOS,  OPINIONES,  PREJUICIOS,  DEFINICIONES,  IMÁGENES, SIMBOLOS Y PENSAMIENTO.

Ninguna duda será necesaria para una mente que está ardiendo con la intensidad de una pregunta realmente agonizante.

La pregunta  ardiente y apasionada hará que “la vasija de la mente esté abierta,  libre o vacía,  estable e íntegra”  para ser capaz de recibir la respuesta desde lo desconocido,  no importa si al que escucha le guste o no la respuesta.

La pregunta ardiente no puede ser enseñada,  sugerida,  insinuada o impuesta,  porque si lo es, no estará quemando al que hace la pregunta.

Usando una metáfora, podemos decir que la pregunta es el océano y la respuesta es la lluvia. 
La paz de la mente es ver la unidad del agua.

El hombre no vive sólo del terror y la necesidad de introducir  el diálogo verdadero en la vida humana, se vuelve más obvia cada día.

Lo más importante que se puede dar en el diálogo verdadero es escuchar.

Si ocurre alguna reacción emocional en el diálogo,  tiene que ser percibida rápida y completamente, antes de que uno comience a hablar.  Hablar desde una reacción emocional es el final del diálogo verdadero.

Cuando uno escucha completamente hay vasto silencio y el cuerpo está muy quieto.  Así que una mente quieta y un cuerpo quieto son el sello del verdadero diálogo.

Escuchar completamente implica darse cuenta de la profundidad del sonido cuando uno escucha al sonido dentro del sonido.

Pero la más pequeña agitación de la mente, interfiere con escuchar el sonido dentro del sonido.

¿Podemos escuchar una pregunta ardiente en total quietud sin diseñar una repuesta,  sino simplemente escuchar con energía como una semilla reventando con vida bajo el suelo?

Si usted sólo piensa en la pregunta usted puede no estar recibiéndola,  puede no estar escuchándola.

Darse cuenta de todas las respuestas físicas,  emocionales o intelectuales a una pregunta, es parte de la respuesta a la pregunta.

Es necesario darse cuenta de la pregunta y de las muchas respuestas a ella antes de contestar en el diálogo verdadero.

Vea lo que pasa si nos preguntamos:

¿Tenemos miedo de amar sin defensa?

¿Tenemos miedo de estar solos?

¿Estoy relacionado con alguien?

¿Estoy en paz?

¿Pienso mucho en el dinero, el prestigio y el respeto? (¿Y solamente en eso?)

¿Tengo miedo de actuar en Percepción Unitaria?

¿Está degenerando la humanidad?

¿Estoy usando preguntas superficiales o filosóficas para evitar el diálogo verdadero y mi propia regeneración real en la verdadera acción?

¿Tengo alguna pregunta apasionada para iniciar un diálogo verdadero?


Dr. Rubén Feldman González
Nov. 4--- 2010